domingo, 1 de agosto de 2010

La controversial definición de persona en la ética de Peter Singer.

Locke (1632 -1704), uno de los filósofos británicos más importantes e iniciador del empirismo, doctrina que considera que todo conocimiento se fundamenta en la experiencia, definía a la persona como un ser dotado de razón, conciencia y recuerdos, y desde esta perspectiva la consideración de un individuo como persona, se relacionaría con la capacidad del ser humano de ser poseedor de razón y de conciencia, debido a que para el filósofo inglés, era necesario una continuidad temporal de la conciencia, posibilidad de almacenar recuerdos y capacidad para el raciocinio; sin embargo, surge la pregunta acerca de aquellas circunstancias cuando se pierdan estas capacidades como sucede durante la senectud, la demencia senil u otras enfermedades degenerativas. Surge la pregunta: ¿En estas circunstancias dejarían de ser considerados como personas?
Relacionado con la definición de persona es importante hacer referencia a la dignidad, que se define como todo lo que un individuo se merece como ser humano e incluye: el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la educación y vinculada con la definición de dignidad, se encuentran algunos principios fundamentales, que implicaría una orientación o pauta fundamental, principal e indispensable para salvaguardar y resguardar la integridad de los seres humanos, tales como: el respeto a la vida que considera a la vida como el valor más importante .
El filósofo Peter Singer no considera que ser humano sea equivalente a persona, y considera que la vida empieza en un sentido moralmente significativo cuando existe conciencia de la propia existencia; es decir, que es persona todo ser humano racional y poseedor de conciencia, y quien no posea estas características no poseería el estatus de persona.
“Pero no son equivalentes: podría haber una persona quien no es miembro de nuestra especie. Podría haber también haber miembros de nuestra especie que no son personas " (Singer; 2000: 160)
Singer retoma la definición de persona de Locke, y propone utilizar la definición de persona, en el sentido de un ser racional y autoconsciente.
“En todo caso, propongo utilizar "persona", en el sentido de un ser racional y auto - consciente para englobar aquellos elementos del sentido popular de "ser humano" que no quedan cubiertos por miembros de la especie "Homo Sapiens" (Singer; 2000: 160).
Al referirse Singer a la concepción de un feto o un recién nacido como persona, Singer asevera lo siguiente:
“Yo he argüido que la vida de un feto (e incluso más claramente de un embrión), no cuenta mayor valor que la vida de un animal no humano con un nivel similar de racionalidad, autoconciencia, capacidad de percepción, de sentir, y que puesto que ningún feto es una persona, ninguno tiene el mismo derecho a la vida que una persona" (Singer; 2000: 194).
Los individuos de la especie humana que no posean las características de la racionalidad y la autoconciencia, no se pueden considerar según Peter Singer como personas, y se incluirían en estas categorías: a los niños pequeños, los niños discapacitados o con malformaciones, los adultos con demencia senil.
Peter Singer según los planteamientos anteriormente señalados sería partidario de la eliminación de recién nacidos con malformaciones o con discapacidades, y de adultos que no pueden ser considerados como personas según su visión, porque no poseen racionalidad y autoconciencia; y esta eliminación de personas pudiese ser voluntaria por decisión del individuo, no voluntaria cuando el individuo no puede manifestar su deseo o involuntaria cuando el individuo no desea morir (Ortiz; 2008:454).
Singer utiliza una analogía simplista al comparar a un caracol con un bebé de un año, y que en ambos no estarían presentes deseos a futuro, debido a que ambos son incapaces de albergarlos.
Es importante señalar que desde esta perspectiva de Singer, el caracol siempre sería un caracol, sin embargo es importante enfatizar que el niño en el transcurrir del tiempo adquirirá nuevas capacidades y aptitudes; es decir, pareciese que el filósofo australiano ignorase los cambios y las fases que experimenta el desarrollo del cerebro en los seres humanos en el transcurrir del tiempo, a diferencia de lo que sucede en los animales, y que tienen incluso implicaciones jurídicas al incorporarse en diferentes legislaciones como capacidad progresiva, que considera que el niño es capaz de asumir responsabilidades y tomar decisiones acorde a su edad.
Es importante señalar que una definición de persona que enfatice en la racionalidad, es excluyente debido a que desconocería los derechos mínimos inherentes al feto, los niños y a las personas que por diferentes causas o enfermedades pueden afectar a su racionalidad tales como: traumatismos craneoencefálicos, demencia senil, enfermedad de Alhzeimer.
" Pensar que el valor de sus vidas es especial porque son pequeños y monos, no difiere de la creencia en que un bebé foca, con su suave pelo blanco, merece mayor protección que un gorila que carece de esos atributos " (Singer; 2000: 195) .
Singer plantea que nuestra actual protección absoluta de la vida de los menores es una actitud típicamente cristiana, más que un valor ético universal, sin embargo, Singer pareciese omitir voluntaria o involuntariamente las: declaraciones, convenciones y pactos de orientación laica, que enfatizan en el derecho a la vida humana, sin ningún tipo de exclusión, y aunque no aparece de manera expresa, se sobreentiende que categorizar a la persona como todo ser racional, también es excluyente.
Singer plantea que pertenecer a la especie humano no es suficiente justificación para el derecho a la vida, sino por el contrario poseer: racionalidad, autonomía y autoconciencia.
Al respecto Singer plantea lo siguiente.
“La diferencia entre asesinar niños discapacitados y no discapacitados no descansa en ningún presunto derecho a la vida que los últimos tienen y la primera no, sino en otras consideraciones sobre el asesinato. De manera más obvia, está la diferencia que frecuentemente se da en las actitudes de los padres" (Singer, 2000: 222).
“Es distinto cuando el menor nace con una discapacidad grave. Por supuesto que las anormalidades al nacer varían; algunas son triviales y tienen escaso efecto en el niño o sus padres, pero otras convierten el acontecimiento, normalmente dichoso, en una amenaza a la felicidad de los padres y de los otros niños que puedan tener” (Singer; 2000: 222).
Es decir, desde la perspectiva de Peter Singer, el derecho a la vida del niño, estaría restringido por la mayor o menor felicidad que pudiese suministrar a sus padres, cuando una de las maneras de poder expresarse esa racionalidad que caracteriza a los seres humanos y a la que se refiere Singer, es el interés por el cuidado del prójimo, aún sin la existencia de ningún vínculo familiar.
Estos planteamientos, nos acercan a posturas aparentemente superadas durante el siglo XX, y se traducen en un neo -darwinismo que tiene como premisa fundamental la supervivencia del más apto.
Singer plantea que cuando la vida de un niño sea tan miserable como para no merecer la pena ser vivida, desde la perspectiva interna del ser que la vivirá y si no hay razones "extrínsecas" para mantener vivo al niño como sería los sentimientos de los padres, es mejor que el menor sea ayudado a morir sin mayor sufrimiento (Singer; 2000: 223).
Estos planteamientos de Singer acerca de la persona humana, son una extraña combinación de hedonismo y utilitarismo, que implica el desconocimiento de derechos fundamentales como el derecho a la vida, que estaría restringidos a un simple análisis de costos no solo económicos, sino también afectivos como sucedería en un niño con malformaciones o con alguna enfermedad congénita, y el costo afectivo estaría representado por los cuidados especiales del niño en detrimento de los demás miembros del grupo familiar .

Bibliografía.
Ortiz Llueca, Eduardo. (2008). “Los límites de la bioética consecuencialista. un análisis de la propuesta de Peter Singer”. Cuadernos de Bioética; 19(67): 449 – 458.
Singer, Peter. (2000). "¿Qué hay de malo en matar?". En: Una vida ética. Madrid: Editorial Taurus; pp. 157 - 178.
Singer, Peter. (2000). “Quitar la vida: el embrión y el feto”. En: Una vida ética. Madrid: Editorial Taurus; pp. 179 – 197.
Singer, Peter. (2000). “La justificación del infanticidio”. En: Una vida ética. Madrid: Editorial Taurus; pp. 221 - 228.
Singer, Peter. (2000). “La justificación de la eutanasia voluntaria”. En: Una vida ética. Madrid: Editorial Taurus; pp. 221 - 228.
Singer, Peter (2000). “El lugar de la vieja ética”: En: Una vida ética. Madrid: Editorial Taurus; pp. 247 - 274.
Singer, Peter. (2000). Una vida ética. Madrid: Editorial Taurus.

1 comentario:

  1. me pueden dar la definición de controversia no de controversial por favor

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